El clarinete pertenece, al igual que la flauta, el oboe y el fagot, a la familia orquestal del viento-madera. Es un aerófono de lengüeta simple. Se construye en madera,[1] ebonita[2] o ABS y su perfeccionamiento, en el siglo XIX, con un sistema de llaves mejorado le situó en un lugar privilegiado entre los instrumentos. La belleza de su timbre lo hace apto para interpretar pasajes como solista además de ser un instrumento de enorme agilidad.
Se compone de:
- Una boquilla (que normalmente está fabricada en ebonita o en cristal) con una lengüeta (o caña) sencilla sujeta a ella por una abrazadera.
- Un tubo de orificio cilíndrico compuesto por varias piezas de madera dura (ébano o granadilla) o resina sintética llamadas barrilete, cuerpo superior y cuerpo inferior. En los cuerpos superior e inferior existen agujeros y llaves, que se tapan o se presionan con los dedos, algunos agujeros se cierran con las llaves presionadas o sin presionar.
- Un pabellón o campana.
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